Mi Diosa Jaguar:
Hace un año la vida me cambió completamente, y contrario a lo que muchos expresan en situaciones así, yo sí tengo palabras para expresar esto, también tengo miradas, caricias, besos y un corazón que ha dejado de ser bodega para convertirse en un cálido punto de reunión.
Ambos desconocíamos la existencia del otro; por un lado estaba usted, la Dominatrix perfecta: hermosa, sabía, deliciosamente sádica y al mismo tiempo protectora, un sueño. Por el otro lado estaba yo, un sumiso totalmente inexperto, perdido en un mar de banalidades y sumido en una ignorancia terrible sobre lo que realmente era el amor y la entrega, no es que ahora sea un experto, solo soy un poco menos ignorante.
Es gracioso hacer una retrospectiva y verme nuevamente, en aquella tarde de agosto del 2010, perdido antes de nuestra primera cita, con los nervios de punta porque el taxista no podía dar con la ubicación del lugar y apenado porque la primera impresión que iba a tener de mí era la de un sumiso impuntual. Cuando vuelvo a mirarme descubro a alguien que llegó con mucha ilusión a su encuentro, sabía que ese día no era normal y que ocurriría algo inolvidable.
Y es entonces que, como hace un año, vuelvo a sentir los mismos nervios y la misma emoción al estar por primera vez ante usted, vuelve a recorrer por mi cuerpo esa energía inconfundible que me lleva a besar su mano e inclinarme por primera vez ante mi Diosa Jaguar.
Durante este primer año ha habido momentos en los cuales he deseado salir corriendo y no parar hasta estar a su lado, momentos en los cuales la desesperación y el dolor de no estar físicamente para servirle y adorarla me han hecho gritar profundo en mi mente; sin embargo usted me enseñó que el cuerpo es un complemento del alma, que jamás volveré a estar solo, que mi collar, aparte de símbolo de compromiso entre ambos, es también un vínculo que nos une emocional y energéticamente. La soledad no será nunca más mi acompañante porque ahora transito en el sendero de mi Diosa.
No soy el mismo de hace un año, es mérito suyo no haberme cambiado sino más bien haberme hecho evolucionar, despertar en mí esa luz interna que había permanecido apagada. Sus enseñanzas van más allá de lo terrenal, con cada azote que me ha proporcionado mi cuerpo se sacude de placentero dolor y mi alma se sacude todos los prejuicios y límites autoimpuestos. La cera que ha vertido en mí se ha derretido sobre mi piel en forma semejante a como lo han hecho mi ignorancia al contacto con el aliento de su sabiduría; la devoción y cuidado que he puesto al besar y masajear sus pies es un reflejo de la forma en cómo he asimilado cada enseñanza suya y la he puesto en práctica.
Si bien hoy es un día único al ser nuestro primer aniversario como Diosa/sumiso, no ha habido ningún día que no sea especial a su lado. Como una estela llegan a mí tantos recuerdos, tantas travesuras, tantos divertimentos y la satisfacción de haber logrado consolidarme como su sumiso personal y más allá de eso, como alguien especial en su vida.
¿Sabe algo mi Diosa? Ese chico inexperto que llego por primera vez a sus pies el 17 de agosto de 2010 le agradece de corazón haberlo recibido en su vida, y se maravilla al ver cuánto ha mejorado, se enorgullece al ser testigo que ahora hasta tiene collar y un nombre muy especial. Aquél día donde comenzó la evolución también comenzó una historia hermosa dentro del BDSM, una historia llena de momentos increíbles, de pasión, donde dos seres humanos decidieron compartir el camino y aceptar los retos y desafíos que ello representaba. Si bien me falta mucho, demasiado, dentro de mi trayectoria como su sumiso, creo que en este año he hecho bien las cosas, he aprendido tanto y la he servido mejor.
¡¡Feliz primer aniversario tengamos, mi Diosa!! Sea este el primero de muchos más, y a un año de haber aceptado a este cachorro en su vida hay una expresión que dice todo lo que representa en nuestra vida dicho acontecimiento.
¡¡¡¡GRRRRR!!!!
cachorro {Jg}