martes, 28 de diciembre de 2010

Divinidad

Hubo ocasiones en que miraba a las estrellas,
buscando un dios inexistente que me brindara respuestas,
la oscuridad me rodeaba, me hacía su presa,
y sin saberlo, yo mismo era mi depredador.

El regalo más grande que la energía cósmica le dio al hombre
es la capacidad para convertirse a sí mismo en un dios,
un dios verdadero, que cambie vidas, que trascienda,
y que con sus manos y corazón haga del amor su mejor oración.

Por eso es usted mi Diosa
porque con sabiduría hace que combata a lo peor de mí como ser humano y lo deseche,
porque con amor me disciplina y corrige,
porque abre mi percepción y entro en armonía,
porque su nobleza es luz perpetua,
y porque a sus pies el mundo se detiene y finalmente comprendo el verdadero significado de la palabra felicidad.

cachorro {JG} 

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